miércoles, 23 de diciembre de 2009

¡Feliz Navidad!

En casa...donde la paz y tranquilidad inunda cada rincón. Donde el frío de la sierra nos invita a fundirnos con el nórdico hasta bien entrada la mañana. Donde el calor de la familia se hace más patente que nunca. Donde ahora mismo reina la tormenta en el cielo...pero hoy no me da miedo.

Después de haber envuelto cada regalo con suma delicadeza y poniendo mi ilusión en cada uno de ellos, me siento en mi cama rodeada de mis cojines que son una estrella y un sol. Aquí me encanta dormir rodeada de cojines. Aún encuentro apuntes de tiempos pasados,fotos,frascos de perfumes gastados,las zapatillas de casa que nunca uso,el aroma de sueños de dos años,recuerdos de cada rincón u objeto,mi alfombra de madera a los pies de la cama,estos tonos rosas y amarillos que tiñen mi habitación,incluso el escritorio sigue aún sin recoger. Parece que el tiempo no pasase por aquí, aunque una esquina acoge mi maleta, repleta de cosas para estas vacaciones invernales.
Llena de cartas, esperanzas, anhelos, recuerdos, fracasos, logros, conocimientos, personas, sombras, soles, lunas, estrellas y sueños; siempre tiene muchos sueños.

Siempre inseparable de mi.
No puedo recordar el día que empecé a ir de un lado a otro, es algo que se ha convertido en mí o yo en ello.Hay veces que necesito parar y meter la maleta debajo de la cama para olvidarla durante unos días. En cambio,hay otras veces que necesito no deshacerla nunca e ir de aquí para allá como el viento que ahora mismo choca en mi ventana. Correr a coger puntual un autobús,llegar arrastrando la maleta y dejarme caer en el asiento a mirar por la ventana con paisajes que podría describir perfectamente así como los distintos cambios que han tenido a lo largo de los años. Esos son los momentos que aprovecho para desconectar del mundo y pasear por mi cabeza.

Pero estar en casa me llena profundamente. Aquí todo parece eterno.
Es aquí donde mi maleta descansa y me da las buenas noches diciéndome que pronto habré de partir otra vez pero que mientras, aproveche y me olvide de horarios.
Es en casa, donde en estos tiempos de prisas y agobios, rompo con mi rutina.


Desearos a todos que paséis una Feliz Navidad, que disfrutéis de la gente que os rodea y aprovechéis cada momento. Yo, en estos días, aprovecharé para dar los besos que a diario no doy, para decir te quieros que no me gustan decir por teléfono y para levantarme por la mañana con una gran sonrisa para los demás.

jueves, 17 de diciembre de 2009

20 de Noviembre 2009, Antequera...

Está tarde, ordenando apuntes de estos primeros meses; he encontrado algo que escribí un fin de semana en Antequera, donde el silencio me hizo crear palabras nuevas. Aquí os lo dejo:

¿Qué es vivir en un estado de ánimo peligroso? Será que mi consciente y mi inconsciente siguen con su lucha mientras me divago en el blanco. Además el viento acompaña el momento y las hojas del otoño se enredan en los pies buscando esa llamarada de aire para que baje la cabeza y mire, y vea que están ahí, acompañándome en cada paso, en cada silencio, en cada pensamiento. Y al encontrarme con ellas, lo más trivial se torna importante, regalándome la chispa adecuada para levantar la cabeza y seguir caminando, con sus pros y contras; pero siempre en pie.
Un despertador, un grito, un sueño o simplemente, una mirada; me deshacen en agua tibia la colección de idilios que almaceno.

(Aún siguen gritando mi consciente y mi inconsciente buscando la palabra precisa.)

Pero hay una melodía, una sencilla melodía que invade mis oídos y no quiero que se vaya, porque me hace ser la niña que siempre fui; dándome una imagen, la imagen de un horizonte sin límites, siendo en esos momentos la misma persona, el mismo pensamiento, la misma sensación.

(Ya no los escucho aunque siguen buscando entre gritos.)

Sólo escucho el inexistente horizonte y tus pensamientos como si fueran míos. La melodía perfecta, la armonía perfecta que cala en mis ojos; comprendiendo la razón de ser en soledad. Mientras, las nubes se acercan en forma de maremoto hacia el punto de encuentro donde rayo,trueno y lluvia se fundirán en una nueva música.

(Ya se han ido, han encontrado esa palabra...la que aún no existe; pero que existía y no la conozco, porque sólo tú conoces mi secreto, aunque yo aún no lo sepa).

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Fantasmas escupiendo recuerdos...

Hay días, como los de hoy, que me hubiese gustado no levantarme y quedarme entre las sábanas esperando que llegue mañana. Un día frío,húmedo,gris y ahora mismo negro,como la boca del lobo. Perdida (para variar), me he dormido viendo caer las gotas de lluvia que resbalaban por el cristal de mi ventana mirando como el rimel manchaba la almohada con sueños que me aterran, unas horribles pesadillas que me hacen un nudo en la garganta, que me hacen ver fantasmas en cualquier rincón de la habitación. Será eso, que soy propensa a ver sombras volando de un lado a otro y me roban las noches.
Cuando he despertado, no había ninguna estrella en el cielo (como echo en falta ese cielo estrellado de la sierra), ninguna luz que mirar para pensar que siempre hay un rayo al final del camino para seguir y seguir. Nada que me hiciese dejar escapar un suspiro de abeja zumbona que mana néctar para convertirlo en miel. Será que muchas veces, tirarse al vacío sin cuerda que te sujete bien los pies, es no saber lo que vas a encontrar abajo; incertidumbre de rosas o espinas. La verdad, nunca fui partidaria de tirarme sin saber seguro que voy a encontrar; pero hay detalles que hacen que de vez en cuando, el salto preciso es lo que hace falta sin mirar lo que hay debajo de nuestros pies. Como esa ola en el mar que rompe en el acantilado dejando su espuma esparcirse entre las rocas y se aleja sin saber como ni a donde.
En fin, sólo espero que esta noche los fantasmas no me estén esperando debajo de la cama ni que el día se despierte gris ni húmedo. Se que veré la boca del lobo asomar por la ventana, pero espero enfrentarme cara a cara con ella y que no muerda, que antaño contaban que duele.

lunes, 14 de diciembre de 2009

Reflexiones del tiempo y el olvido...

El sábado en ese almuerzo tan estupendo que acabó con anís, villancicos y pandereta, con sabor a chimenea y castañas asadas; comentábamos que había que ir escribiendo la reflexión personal del año en el blog. Yo, personalmente, deseaba hacerlo ya y así también, poner un poco en orden los pensamientos que estos días me traen, marcando mis objetivos hacia ese final de enero con los primeros exámenes de la Universidad...¡que nervios!

El 2009 ha sido un año rápido, muy rápido, donde el estrés y las cuentas atrás han ido marcando cada uno de mis pasos. Ha sido un año de cambios, cambios abismales; donde el tren de viajeros ha pasado dejando a personas maravillosas y subiéndose en él, personas que siempre se llevarán guardadas en lo más profundo del alma.
Este año, ha sido un año de ver sueños que tenía desde hacía mucho tiempo anhelando, dando mu cabeza un giro de 180º para ver desde otra perspectiva el mundo que me rodea, descubriendo mil cosas nuevas.
También ha sido un año de miedos, muchos miedos; enfrentarme a terminar bachillerato bien, sacar selectividad y entrar en la carrera...esta carrera que tanto tiempo me ocupa pero que tan cariñosamente estoy viviendo.También de miedos de convivencia, donde han existido momentos de angustia, pero doy las gracias por haberme encontrado con dos personas maravillosas que en mi día a día, son como mi familia y que siempre tienen una sonrisa para cuando más lo necesito o un abrazo para cuando más confusa me siento y cariño para los días tristes de lluvia. Sin olvidarme por supuesto, de mi familia, esa que siempre está ahí cuando más angustia y miedo he sentido, cuando más necesitaba que me dijesen que podía seguir hacia adelante y apoyándome en todas las decisiones que he ido tomando...en estos momentos me emociono porque cada vez que llega un jueves o viernes, yendo a un sitio u a otro, me dan la bocanada de aire fresco que necesito para seguir y empezar desde el lunes con fuerza. Aún así, hay momentos que los extraño demasiado y no puedo impedir que las lágrimas duerman mis noches más oscuras.
De este año, también saco en claro, que hay personas que están ahí siempre por muy lejos que se encuentren y sólo puedas verlas una vez al mes, amistades más grandes que el firmamento, que saben de tu día a día, de tus alegrías, de tus dudas, de tus lágrimas, de tus sueños...y se que una de ellas, Lady Drama, está ahí cuando llegan las tres de la mañana y no puedes dormir porque miles de pensamientos y dudas invaden mi cabeza. doy gracias, porque somos capaces siempre de sacarnos una sonrisa hasta en los momentos que los fantasmas arrasan nuestra habitación (en realidad somos más frágiles que el cristal,ambas lo sabemos). Además de ella, hay muchas más a las que siempre tengo presente y que tantos momentos buenos y malos hemos compartido.
Y ahora el año termina, pasando rápido aunque este último tramo se hace lento, muy lento. Serán por mis dudas que no me dejan de abordar por cualquier detalle de mi vida cotidiana, será que hay sonrisas de las que siempre te acuerdas antes de dormir sin saber por qué,será que ahora mismo no tengo la situación bajo control y me desborda, a veces para bien, otras para mal.

Sólo deseo que el año que entra llegue cargado de sorpresas y de felicidad, tanto a mí como a aquellos que están a mi alrededor.
Ahora somos otra cosa más hermosa.


jueves, 10 de diciembre de 2009

Días extraños...

Niebla...mucha niebla que entorpecía el vuelo de los pájaros por las calles de la ciudad a las horas del alba. Prisas, atascos, la ciudad se levanta, y con ellos; su rutina.
Hoy es un día raro...no es como los demás, donde horarios y letras, muchas letras, me rigen hasta donde he de llegar para dar un paso más. Hoy, con la niebla, han aparecido fantasmas...muchos fantasmas que estaban guardados en un baúl y me han hecho recordar, incluso han llegado a ponerme melancólica pero pronto, se han ido. Con la niebla, las hojas muertas de los árboles parecían más vivas que nunca brillando bajo los pies de la gente que abarrota las calles. Y la niebla, esa espesa niebla, es la que me ha dejado ver más allá de lo visible para los ojos, trayéndome una tarde soleada donde los rayos entran por la ventana engañándome el otoño convirtiéndose por momentos en primavera de color y azahar. Con estos rayos de sol que me hacían divagar por encima de hojas en blanco a rellenar, ha llegado un atardecer. Últimamente lo admiro todas las tardes, como el sol cae por detrás del infinito y regala a los ojos el abanico de colores más extenso que pudiesen ver. Pero volvía la niebla y cubría todo este color de frío y agua. Y ahora, cuando la noche más oscura duerme y mece los sueños, sólo te pido que me engañes una vez más.