miércoles, 16 de julio de 2014

El Desencanto

En esta noche de verano, quisiera compartir desde mi blog (aunque no es el fin de éste) tres textos que van a acompañar la exposición de mis poemas que componen un proyecto titulado "El Desencanto", inspirado por las ideas del autor León Felipe en su obra "El Poeta Prometeico". Esta exposición tendrá lugar en el Espacio de Creación Joven de Palma del Río desde el día 18 de Julio hasta el 29 de Agosto de este año. Desde aquí, invitados quedáis a que os acerquéis a "desencantaros" así como a la inauguración que tendrá lugar el viernes 18 de Julio a las 20.30 horas. 
Los textos que os dejo a continuación, no forman parte del serial de versos en sí; sino que están pensados para coger aire entre las distintas partes que forman "El Desencanto".  Además, os facilito desde aquí para los/as curiosos/as, la página del proyecto: El Desencanto, Ara B.
Espero que sean de vuestro agrado. A partir de Agosto, empezaré otra vez con las catas y la poesía escrita sobre éstas.
Muy buenas y dulces noches.


LA HISTORIA TERMINABLE

Nací deshilachada, prendida de la aguja de los sueños, ajena a la existencia de la malicia. En el silencio entre el “te” y el “quiero”. 
El problema fue coser cada estrella con su sueño e hilvanar la gracilidad de los ángeles en la fe olvidada a la verdad.
El problema fue el teorema matemático que se fuma un cigarro y se estrella en mi cerebro simulando emociones contrapicadas de la realidad.
No existí sin el problema, ni lloré sin las estrellas, ni padecí cada sueño en el martirio de las noches más negras.
Me dieron la bienvenida al camino de las retorcidas vanidades, empujada por el viento de la desdicha.
Sólo logré saltar entre las manecillas del reloj de cuco y colgarme del alambre incandescente del nuevo día.

Momo ya fue sacrificada por los hombres grises.


KO CHANG

Cada certeza nos aproximó a lo más mundano y mísero.

Era la hora exacta marcada por la sombra de la palmera que daba en el centro de la piedra con forma de pata de elefante en la hora de la pesca de los tucanes en la isla de Ko Chang. La humanidad besaba el suelo, digna de las olas que, como un funambulista impasible, ondeaban desde la cicatriz del horizonte, donde los sueños de cada ser, se hundían con las mareas. 

La evidencia estaba escrita en las huellas de la arena, siendo una procesión de almas indígenas, oteadas por lo más puramente primitivo y dichoso. Los pies tomaron rumbo tierra adentro y en la ciudad, alcanzaron su perdición, cambiando las horas de pesca de los tucanes por las horas a punto de humos y prisas…la hora de la rutina.
Esa maldita ménade que no me dejar anidarme en el beso ni en el verso y que se estrella en mi cabeza como las luces de los semáforos: mordaz y obligatoria.

Sólo de vez en cuando, en los momentos que la ménade atareada saca a pasear a sus perros fieles y hastíos, me asomo a la ventana de mi cárcel de hormigón para ver descender a los tucanes en la hora de la pesca, justo cuando la sombra de la palmera está sobre la piedra con forma de pata de elefante; esperando que mis huellas, claras en la arena, me mantengan por unos segundos a la popa de la libertad.

Me imagino. Estoy viva.


OLOR A POESÍA

Soy hueso amargo de naranja, carne de agua agria gasificada por la palabra ya dicha.
Resina resbaladiza de verdades, tomillo quemado en los caminos de la plenitud.

Tengo algo de azahar muerto en las aceras tras un día de lágrimas en la lluvia y otro poco de rana fangosa que canta en su charca estéril. También de piedra, pergamino, piel y papel.
Yazgo de uva y queso. De besos.

Procedo de zandaula y tabaco masticados en la boca del verbo, de las ramas de canela y vainilla de los postres antiguos de la abuela, del formol caduco de las estanterías de los laboratorios de versos. 
Desciendo de la complejidad del vino taconeando en el filo de la copa.

Emano de la saliva y del sudor que tiñen sábanas con la palabra “amor”. Y de sus otros jugos del cuerpo.

Soy el aliento de un poeta descafeinado, que busca la palabra correcta en lo más furtivo de la perfumería de los recuerdos.



martes, 8 de abril de 2014

Rubaiyat.

No quiero excusa.
No hay instante para la mísera melancolía,
ni para anemias del alma
o para el miedo condicional.
Hoy,
no puedes negarte a vaciar tu copa...
mañana tampoco.
Ni de mi caliz puedes apartarte
ni dejar de ahondar en mi boca.
Sin escapatoria.
La tángana totémica del latido
taconea en el filo del catavinos,
cristal tranquilo,
que espera
la hora de la fortuna:
su lágrima fue dulce dicha
y su eco,abandonado a la gracia.

Fue entonces cuando Khayyam dijo:
"Tráiganme todo el vino del mundo
y que guarde el corazón todas sua heridas."

Hoy,no hay excusa.

martes, 11 de febrero de 2014

Árabe.

-Poema inspirado por Primavera Árabe de Bodegas Sani, 2013.-
Explosionaste en mi boca,
la llenaste toda de vino
y con la ciclogénesis te fuiste.
Te busqué en otras ciudades,
en otros cuerpos,
afiné el oído y te estampé en mi cabeza.
Hiciste que los pájaros sobrevolaran Abu Dabi
y media luna en la bandera del aire
ondeara dibujando tu sino.
Te encontré más allá
de las murallas que partían el desierto
escondido en el ala derecha del abejorro,
zumbando entre la arena marmórea
de mi mihrab destruido.
Explosionaste como los pámpanos fragantes
de mi tierra
y caí rendida a tu cama.
Tu avalancha fue inminente
e inútil el auxilio.

No había elegido mejor vino
para mancharme el alma
de amor y barro.

sábado, 11 de enero de 2014

Entrada triunfal.

Me pintó el aire los rizos
y puso madroños en mi boca.

Aún no soy pájaro ni polvo de tierra.
Apreté los dientes y fui roja dicha.
Nada bueno podría pasar entonces.

Entonces,cerré la puerta del café
mientras sonaba un móvil,
lo ví al final del local,
estaba tan guapo así vestido que fue difícil contenerme;
me convertí en pájaro en el segundo escalón
y dos borrachos me agarraron
al ver el traspiés inminente.
Los madroños teñían de rubor mi boca.

Algunas veces,son los precios que cobra Cupido