Quedan
dos segundos para
desaparecer,
para
arrebatar la dicha
y acallar la honra.
Quedan
dos segundos para quemar
de
insolencia marchita,
marginada
de amores,
triste de realidades.
Solo
queda sobrevivir lo vivido,
tirarse
al vacío y ahorcarse con las nubes.
queda
la soledad,
el
vacío de la noche;
la
translúcida crisálida
es
sólo el sarcófago de la belleza.
Queda
la nada, sin nada.
Quedamos
nosotros, sin cuerpo.
Queda
el tiempo, sin segundos.
Hemos
desaparecido, hace dos segundos,
y
aún no lo sabemos.
(Extracto de "La Metamorfosis Purpúrea de Gradiva")