domingo, 22 de diciembre de 2013

En este año... (Reflexión 2013)

Espero no esperar nada de nadie.
Si el destino es frágil y el viento difícil de calmar
que la vida me brinde plástico y no cristal,
con cuatro paredes resistentes a um huracán que pretenda quebrar mis cimientos.
Que me regalen flores. Solamente una vez. Sin ningún significado.
Espero no desandar lo andado y que los tacones batatos sean tan resistentes a mi miedo,
que me hagan resbalar y caer si dejo el camino para reaccionar.
Quiero todo el carbón merecido,todos los golpes bajos que me merecí para ser yo,y no se me olvide.
Sexo,aunque sea dos veces al mes. Con poco me conformo.
La copa llena,siempre. De momentos,risas,sensaciones y experiencias.
También de vino.
Quiero felicidad para los míos,
un corazón feliz para mi madre y un corazón fuerte para mi padre.
Quiero a mi abuela,y sus croquetas.
Deseo constancia,aunque eso solamente dependa de mi.
Un vestido amarillo para reírme del verano en invierno,
unos amigos,a mis amigos,los viejos y los nuevos.
Quiero que seas feliz. Si,tú que me lees.

Y cómo no,los borrachos y los niños siempre dicen la verdad
y ahora mismo,soy una mezcla:
un corazón de libélula, y seguir la ruta del sol hasta un futuro fresco que espero que me espere.

Felices fiestas.

sábado, 7 de diciembre de 2013

Desvanecerse.

Me he arañado tanto a mi misma que las uñas ya no me crecen,
ni tampoco crezco yo.
Me he metido tanto amor en las entrañas,
que rebosó el caliz perdido de la misericordia ajena
aclimatada al escondite del cuerpo.
Son corrosivos los ojos que no quieren ver,
son motas de polvo,
indigentes de hogar;
en la costilla inerte del deseo.
Es tanto morder el cuerpo ajeno
que palpar un colchón muerto de desidia,
es el sacrílego acto para desvanecerse,
hacia la muerte o la gloria,
pero desvanecerse entera;
desde los párpados hasta las uñas.