martes, 8 de abril de 2014

Rubaiyat.

No quiero excusa.
No hay instante para la mísera melancolía,
ni para anemias del alma
o para el miedo condicional.
Hoy,
no puedes negarte a vaciar tu copa...
mañana tampoco.
Ni de mi caliz puedes apartarte
ni dejar de ahondar en mi boca.
Sin escapatoria.
La tángana totémica del latido
taconea en el filo del catavinos,
cristal tranquilo,
que espera
la hora de la fortuna:
su lágrima fue dulce dicha
y su eco,abandonado a la gracia.

Fue entonces cuando Khayyam dijo:
"Tráiganme todo el vino del mundo
y que guarde el corazón todas sua heridas."

Hoy,no hay excusa.