miércoles, 29 de diciembre de 2010

A esos amigos...

Es tan grande poder confiar.
Tan grande que podamos contar lo más personal y que nos den un buen consejo, no sólo lo que queremos oír; sino lo que verdaderamente puede hacernos daño y gritar al silencio que estais ahí sin pedir nada a cambio.
Ahora, el tiempo ha pasado. Un año mas pasa por delante de nuestros ojos, momentos que no volveremos a vivir aunque sigan viviendo en nuestro corazón. La magia de existir, queda dentro de una incandescente nube de cristal que recorre nuestros sueños, y se estira, se va, vuelve, tira, afloja,…creando el mundo maravilloso en el que cada día amanecemos. Y existirán días largos, días cortos, existirán días locos, o simplemente; no existirán días. Abriremos los ojos en la mañana para saber que seguimos aquí y que cada día, la ilusión por los momentos que quedan por vivir, será mayor. Pero siempre habrá días grises en los que esa ilusión, sea algo secundario.
Decirte, querido/a amigo/a, que en esos días grises siempre habrá alguien que te haga esbozar una sonrisa, dibujar una mirada de complicidad, saber que existimos y que somos amados.
Sin duda alguna, aquí te digo, que “si lloras porque el sol se oculta, las lágrimas te impedirán ver las estrellas”.
Aunque después de todo este lío de palabras solo me gustaría decirte una cosa: te quiero, y cada vez que te haga falta que te devuelvan esa ilusión en los días grises, no dudes en llamarme, aunque sea en la distancia, porque si así lo deseas, me convertiré en el bastón para tu corazón, en el silencio que escucha tus palabras, en la vieja pared de barro donde te dejas caer cuando decidas hacer un alto en el camino.

Es tan bello dar y recibir,y dar sin pedir nada a cambio aún más.

Jamás os recuerdo,porque nunca os olvido.

-A Elisa, Tatiana, Zaira, Fran, Antonio, Noelia, Rafa e Ismael.-

domingo, 26 de diciembre de 2010

Adiós 2010

Es momento de ir, lléndose poco a poco
el tiempo de las cerezas nunca llega en noviembre
y diciembre es demasiado frío;
dejamos amigos,amantes,y tanta estupidez sobre el amor.
No me apetece escribir, hay otras formas de huir
y estar loca por solo..solo por loca.
No te preocupes por mi soy como los gatos y caigo de pie..
y no me duele cuando me hacen daño.
He llegado muy lejos con mis trucos, mis complejos,
una maleta llena de trastos y un cuaderno lleno de cuentos.
Sé que todo está perdido, que sólo tengo lo que vivo,
no me digas más, que me vengo;no me cuentes más, ay, que me enciendo.
Tengo el alma cansada, la ropa tendida y el sueño cambiado…de tanto intento.
De tanto llevarme al huerto tanta historia sin fundamento.
Tanto rollo que me retiene y no me suelto.
Y aunque no te hayas dado cuenta…
Yo cuando quiero, quiero, quiero,...
Y no me duele cuando me hacen daño.
No me duele.

viernes, 17 de diciembre de 2010

Reflexión 2010...

"De Re Aedificatoria" es un libro del tratadista, humanista y arquitecto italiano del siglo XV Leon Battista Alberti. En este tratado, uno de los más importantes en la Historia del Arte; basa sus ideales arquitectónicos del pasado a partir de una filosofía que recoge de Vitrubio (tratadista del Mundo Clásico) y de los ideales greco-romanos de los primeros siglo de nuestra era. En su filosofía, que como buen humanista, aplicaba a todos los campos intelectuales e incluso personales; propone que "un arquitecto no es un carpintero o un ebanista (...); el trabajo manual no es más que un instrumento para el arquitecto, que por medio de una habilidad segura y maravillosa y de un método, es capaz de completar su obra..."
Seamos los arquitectos de nuestras propias vidas. Cojamos nuestros instrumentos, los que sabemos que seguro nos servirán, como la comprensión, la amistad, el cariño, los sueños, el perdón, la esperanza, el amor, y todos los estados reconocibles del alma humana que queramos y dejemos a un lado los instrumentos que no nos permiten avanzar: de nada sirve el odio, ni el desasosiego, ni la ira, ni la envidia, ni el egocentrismo, ni la tristeza, ni las lamentaciones, ni la introspección,...
Somos almas hábiles y seguras, sobretodo somos almas maravillosas. Tenemos manos, cabeza, corazón y pies para saber que debemos de hacer y como alcanzar todo lo que anhelamos y dejar atrás lo que nos hace daño. Podemos regalar nuestra alegría a los que tenemos a nuestro alrededor y verdaderamente nos importan sin esperar nada a cambio, somos todos, y cada uno de nosotros, capaces de hacerlo. Y lo más importante, es que sabemos las herramientas para completar nuestra obra: la felicidad. Es así, existe, y podemos hacerla real y pragmática para poder completar nuestras vidas.
¿De qué nos sirve no ser felices?
Sólo nos sirve para parar el tiempo. Y siento decir, que el tiempo, irremediablemente; es lo único que pasa.

Y como me dijeron alguna vez...no van a hundirme y a alejarme de mi obra, porque por si no lo sabíais, yo soy de corcho y floto.


jueves, 16 de diciembre de 2010

Trastos de año viejo...

“La única liberta quizá consista en comprender que no se es libre - ni de nacer ni de morir-.”
No hay conciencia en esos dos momentos claves de nuestra vida. No lo elegimos, ni lo meditamos, ni lo deseamos, ni lo anhelamos, ni lo despreciamos.
De lo único que podemos ser conscientes es de ahora, de este momento; ni del pasado ni del futuro, ninguno de los dos puede decirnos nada, ni siquiera puede cambiar, pues son así de inexistentes cuando no son instante. Esos instantes que a veces son tan largos como un día tormentoso de verano o tan fugaces como el vuelo de una libélula.
Podemos equivocarnos en un instante, pero cuando somos conscientes de ello, ya son pasado…y desaparecen. Podemos hacer bien en un momento determinado y tampoco somos conscientes hasta que vemos la sonrisa de quién lo necesitaba. Justo después, inexistencia. Podemos seguir lamentándonos o enorgulleciéndonos pero de nada nos sirve, no tiene mérito pensar en lo que ya es irrevocable. Tendríamos que aprender a enterrar la memoria, esa puñalada de hierro viejo y gastado; vivir un presente en cada milésima de segunda. Seríamos todos más libres de existir, más locos, amaríamos más y sabríamos querernos con nuestras luces y sombras.
Pero si de algo estoy completamente segura, es de que no hemos sido enviados a este mundo para airear nuestros perjuicios morales. No. Nadie es igual que nadie, ni tan bueno ni tan malo, ni tan terco ni tan complaciente, ni tan odiado ni tan amado. Nadie es perfecto. No somos dioses. Pero no vale resignarse, no se acepta morir en vida, pues, irremediablemente, respiramos.
Tú si quieres quédate aquí, pero yo, me voy con mis instantes y tiro.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Tres lunas...

Son las que me dan calor en mi miedo:
la primera, la locura del corazón
cuando el pájaro canta;
la segundad, la certeza de las palabras
cuando la libélula aparece;
y la tercera,
la cuestión que me hago
cada vez que te miro a los ojos.

martes, 14 de diciembre de 2010

Otoño...

Me reservó la vida la dulzura.
Igual que un postre hecho por tiernas manos,
puesta la mente en alguien
que va a llegar exahusto
y que sonreirá ante la sorpresa…
Igual que un postre,
la vida me guardaba para la dulzura.
Llegaste rodeado de versos y de pájaro.
Llegaste volando muy despacio, volando
con la manzana del amor en la boca:
lo mismo que esas que hay, de rojo caramelo.
Llegaste con el nombre de los luceros aprendido,
con el desasosiego y el estupor de los adolescentes
y también con su seguridad desaforada.
Traía enredaderas en los brazo y me mirabas
como si nunca hubieras dejado de mirarme.
Como si todo en este mundo dependiera
de aquel hilo que ataba nuestros ojos.
Te acercas, como un funambulista sobre el hilo;
te apeaste en mis ojos y entraste en mí por ellos,
asombrados de la visita deslumbrante,
sin preparar la entrada de mi casa,
sin asear los cuartos y desecha la cama…
Entonces, se vinieron abajo mis defensas.
Desde ese momento estoy
desnuda, como una niña confiada
que se abandono al aire cariñoso
de no temer ser quién es.