martes, 30 de noviembre de 2010

Es un cálculo equivocado.

La vida gira en círculos.
Anochece y amanece. Soñamos y despertamos.
El frío da paso a alegres primaveras. Nos reinventamos con cada error. Crecemos cada día y menguamos todos cuando dormimos,cuando no existen diferencias entre el tú y el yo en esos momentos. Llueve,luego sale el sol. Los pájaros nacen, se van y luego vuelven. Las mareas se mecen al ritmo que las lunas le marcan. Hablamos y luego nacen los silencios.
Todo es un ritmo roto por la casualidad.
Por casualidad llegué aquí y por mi madre, que casualmente pasaba por algún lugar, me regalaron un nombre capicúa, de esos que dan suerte. Fui creciendo, amaneciendo en mi misma, y las casualidades me hicieron llegar hasta aquí.
Casualmente, tú estaba aquí cuando yo más lo necesitaba, y por casualidad, nunca te encontré cuando te tuve más cerca aún. Cuando subía las escaleras y me giré esperando una mirada de complicidad que, casualmente; encontré. Al igual que te encontré a lo lejos, entre cabezas; nos juntamos en el centro y nos besamos aquella noche de condiciones infernales. Por casualidad, hablé cuando más lo necesitaba y cuando tú menos lo requerías.
Entre la casualidad y las vueltas de la vida, todo nace, todo sigue y todo termina. A veces, por casualidad, resucita.
Voy a quedarme aqui todo el tiempo que haga falta, estoy esperando otra casualidad de la vida, otra grande, y eso que las he tenido de todas las clases.

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