sábado, 10 de marzo de 2012

Mis manías exquisitas.

"Anda, prueba a tirar de otro hilo de la realidad." (Antonio de Pinto)


Retorno de las letras. Un poco de prosa como un desahogo interno a estos tiempos hostiles. Sigo viviendo en un estado de ánimo peligroso. Quizás me estoy haciendo algo vieja para tanto rollo sin fundamento.
Sigo en un cansancio del alma que no limpian este sol radiante al que he bajado la persiana; hacía tiempo que no le volvía la cara de una manera tan descarada. Así me doy cuenta de las cosas que no soporto.
No soporto poner una sonrisa cuando no la tengo, ni por cortesía ya. La diplomacia es mi fuerte, pero quiero empezar a dejarla a un lado. Se sorprenderán cuando no encuentren mis buenos modales en su sitio.
Odio lo cotidiano, lo que por constante está instaurado. Hay que saber renovarse o morir. No soporto lo anclado a la estación del pasado, me pone realmente enferma quién sigue tirando de historias caducas para excusarse o refugiarse en ellas. El tiempo sigue corriendo en nuestra contra.
Me dan repulsión los chantajes. Sobretodo los emocionales. 
No soporto mis nudos internos. Debería de seguir algún consejo que dejé anotado en mi disco duro y deshacer los enredos de las tripas antes de que explote y manche todo de sangre. 
Una gran verdad es que no hay dos sin tres. Pero no soporto ser la manzana de la discordia, quién rompe esquemas mentales y la cotidianidad de los demás. 
No soporto la sensación de que sobro, de estorbo.
Por encima de todo, odio la sensación de vivir una realidad que no es la que me corresponde, de que estoy en un lugar que no es el mío. De que soy una ficha de parchís perdida en un tablero de ajedrez y que no sé jugar esta partida. 


Quizá mañana tire de los pocos hilos de realidad que me quedan. 
Hoy tengo la cabeza fuera del alma y las manos lejos del corazón.



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