lunes, 21 de mayo de 2012

Des/poética pos/ética.

Vivimos en un mundo de crisis poética. La transgresora poesía ha quedado reducida al individualismo divino de cada uno de nosotros/as. Para hacer esta reflexión, algo que no vengo acostumbrando a hacer aquí pues nunca desvelo mis opiniones ni mi filosofía; he de referirme y dejando claro desde primera hora que sólo lo tomo como ejemplo, al ciclo poético "Secretarios de la luna".  Cito éste pues es al último que asistí, aunque no todo lo que me gustaría. A partir de aquí, espero que no tomen mis palabras como una ofensa, sino para pararme un segundo a pensar. Para las personas interesadas por el género, todos quedamos muy satisfecho por lo que habíamos oido. Pero los que asistimos. He ahí el problema: el público de la poesía, un público muy concreto, que disminuye por días y pienso que los poetas, tenemos la culpa. Hemos dejado que nos invada el "superyó", el concepto íntimo. Hemos dejado de hacer poesía para las personas, hacemos poesía para la poesía, para los poetas. Sólo entre nosotros nos comprendemos dejando el mundo cotidiano seco de versos. Ya no hay jóvenes que vean reflejados en unos versos su primer ardor enamorado, ya no hay abuelos que se aprendan de memoria las letras y en cualquier conversación se refieran a ellas para regalarle algo de cultura a sus nietos; ya no hay poesía para todos. Si no me equivoco, la palabra es la comunicación, por eso pienso que hemos desligado completamente la poesía de este intercambio interpersonal y personal. 
No creo que todo el mundo pueda escribir poesía, porque no todo el mundo es médico, ni maestro, ni herrero, ni agricultar. Como todo en esta vida, pienso que se es no por autoconvencimiento, ni imposición ni por imitación; sino porque verdaderamente en un momento de tu vida, te has enamorado de la palabra. Y uno de los pilares de esta relación tiene que ser sin duda alguna de la lealtad. No podemos serle infiel a la palabra por una mención o una cantidad de dinero, eso hace que convirtamos la poesía en un producto barato (que no al alcance de todos).
Tampoco creo que todo el mundo sea poeta. Personalmente, no me considero poeta y no me  avergüenzo de decirlo, soy una persona que necesita de las palabras para mi supervivencia vital, y si mis palabras, en alguna ocasión, se han considerado poesía, no he sido yo quién se lo he asignado. Humildemente, creo que hay que ser muy valiente o muy suicida para ser poeta, y admiro mucho a los que ya lo son. 

Quizá será verdad que el arte haya muerto, quizá somo nosotros ls que morimos, pero lo que no podemos permitir es matar a la palabra... dejemos que el mundo las siga saboreando.

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