domingo, 24 de enero de 2016

La noche anterior a Catalina

Se merecía un poema.
Aunque sólo fuera carne para cicatrizar heridas.
Pero aquel movimiento pélvico sacó a la tierra de su eje.
Pude ver a Catalina antes de perturbar en la órbita.
Era agua.
Lágrima.
Canibalismo.

Catalina ya se había estrellado.

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