domingo, 21 de febrero de 2016

La verdad.

Esta resaca bien podría saber a ti.
A lluvia y tragos cortos de melancolía.
Podríamos reírnos de la cara que se la ha tenido que quedar al  destino
o de lo desordenada que ha sido la suerte.
Tirar del hilo.
Acogernos con el miedo de la elegida soledad.

Dejarnos ir al tercer día para siempre,
que no es mucho tiempo.
No persistir en la memoria ajena.
No arrancarle las bragas al corazón.
No edificar castillos de arena...
Arena que será tiempo en los relojes
y que acabará por caer grano a grano
en el suelo de cementerios de las sentencias suicidas,
cómo "contigo, hasta el fin del mundo".

A mi déjame en mi casa que no quiero apocalipsis.
Ya tendré tiempo de enterrarme en vida.
Que no hay que tirar del hilo mientras las cometas vuelen completas.
Que nunca es tarde cuando los relojes son de arena.
Al final era mucho más obvio de lo que parecía,¿verdad?

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