domingo, 3 de abril de 2011

Lo siento.

Puedo crucificarme a mí misma
con sólo una frase.
Puedo hacerme un enrredo con todos mis miembros
y hacer como que desaparezco;
será que es mi mente la cárcel de mi cuerpo
y mi cuerpo, la de mi alma.
Puedo ser una mentira piadosa,
un terrón de azúcar congelado,
unas manos que no quieren acariciar,
una boca que no quiere besar,
un ser que sólo ansia llorar.
Y volver mis sentimientos tan inalcanzables
como los pájaros que vuelan en los días de lluvia.

Nunca había estado tan lejana.
Nunca,tan en el límite. Tan en silencio.
Quizá tú, aunque creo que yo más.

Lo siento. Vamos a dar un paseo,
y si encontramos un puente,
que vuelvan los sueños y salgan las estrellitas.


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