sábado, 22 de enero de 2011

Crónicas...de una muerte no anunciada.

Estaba yo paseando,tocando madera de árboles,
mirando que no cayese ni un copo de nieve,
andando lento;a veces paraba.
Me ardía la yugular de notas.
Me cortaba la cabeza el filo del papel.
Roja y encendida,
verde en las manos.Gris por dentro.
Acompasada por palabras, críticas, versos.
¿Cuántas horas me quedan?¿Seis,ocho,doce?
¿Una vida entera?
La decadencia no está prohibida
en la mente,
así que cuéntame antes
una historia para no dormir,
para escribir un libro o
buscar el verdadero autor de los hechos.
Y hazme un epitafio con los labios.

1 comentario:

  1. Hacía tiempo que no probaba el dulce sabor del tabaco.
    Y me gustó ese momento en que empecé a recordarlo
    Y se fundió en mil sabores que hacían del resto algo amargo.

    Hacía tiempo que no probaba el dulce sabor del tabaco.
    Y para nada fue seco. Era tan húmedo y cálido
    Que me gustó lo prohibido tanto como a ella fumarlo.

    ResponderEliminar