lunes, 30 de mayo de 2011

El Camino de las Naranjas.

Vuelvo por la senda, guiada por la Osa Mayor; con la falda de una mano y el corazón de la otra. Por el camino de las naranjas, donde me dijo la Chiquita Piconera que viniera con las estrellas a ver al califa de los sueños Con la cesta llena de recuerdos y buscando menesteres, subía el río como una sirena encabritada del romero para llegar a besarte los pies pétreos. Con largas zancadas por encima de tu puente, llegué y caí de bruces prendada de tu belleza. Me balanceaba como una adelfa al son de tus trovadores de historia, perdida por tus brazos marmóreos que me ascendían al cielo de tu vida.
Y como una extraña, vuelvo a casa, con tu incensario aroma colgado de la falda y de mis manos...dentro de mi cesto de naranjas.

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