martes, 26 de enero de 2010

Gaviota con el viento en contra...

Las alas se rompen de vez en cuando.
La contaminación y esta lluvia no dejan claro el rumbo. Sólo dejan una ola de lágrimas que no se pueden controlar. Y hay momentos, en los que piensas, que todo lo que has hecho durante un período bastante largo han sido una cadena de errores que no han cesado. Y aunque dicen que de los errores se aprende, sólo el ser humano es el que tropieza dos veces con la misma piedra...y dos...y tres...es horrible el miedo incontenible.
Quiero pensar que el tiempo sólo es una ilusión...pero hace tantas malas pasadas a la razón y al corazón que a veces, me gustaría pararlo en un instante. En un día de sol.
Demasiado tiempo para pensar,demasiado tiempo para meditar,demasiado tiempo para darle vueltas a la cabeza y me de cuenta de que hay heridas que no cicatrizan. Heridas...que dramática me pongo cuando esta rutina me ahoga.
En estos días de pena y olvido,me recreo en mi cabezonería y en que siempre he llegado hasta donde he querido. Pero será que a muchos seres humanos nos gusta quedarnos en nuestro dolor interno haciendo de una moto de polvo, un mundo.
Ahora volveré a mi rincón,donde espero sentada el paso de este tiempo turbio al que no puedo tirar por el balcón,pues mis fuerzas flaquean como las de las gaviotas que se dejan morir en la orilla de un acantilado que rompe la espuma de los sueños de las sirenas.

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