viernes, 3 de junio de 2011

Como un letrero viejo.

A la palabra dolor se le van cayendo las letras
como a un letrero viejo
cuando mi boca se tumba sobre tu boca.
Sigue en mi esa costumbre antigua
de pensar que la saliva
puede corregir las líneas de las manos,
cuando el presente no te ofrece más que un contrato fijo
como embajador de la desamparo.
Tu boca que conoce tan bien la palabra delirio
porque al dolor se le van cayendo las letras
cuando mi boca se tumba sobre tu boca.
Y yo sé que la vida me espera encendida
detrás de tu camisa,
que tus zapatos son juveniles
para que no se hagan viejos tus pasos
ni repitas los antiguos errores de tus padres
y sé que sabes que un beso consiste
en mandar un arsenal contra el olvido.
Por eso te busco,
porque traes la vida,
porque caminas bonito
y por tu lengua contra el pasado.

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