Esta última no he podido volver a dormir. Ya me he puesto a pensar en que me espera el curso que viene, si sigo en mi quinto piso con mis panorámicas increíbles o habrá que hacer mudanza. Hay que ser precavida y tener todo bien ordenado por si hay que salir de aquí.
Me he puesto a recoger mis trastos, y no los que aquí que salen de mi cabeza; sino los tangibles, los que me acumulan el polvo en la habitación y cada vez que limpio uno por uno lo hago con todo el cariño.
Creo que tengo un problema: no se donde meter más libros. He quitado (literalmente) hasta la mesa de estudio para no seguir acumulándolos encima.
Para que luego digan que el saber no ocupa espacio.
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